me vi una cazadora
una coleccionista de formas
detective impresionista
la vida me sorprendió en su analogía
sentí el desgaste de las baldosas y la muerte de las flores como creación
los reflejos como nuevas verdades
la materialidad me resultó incoherente
el fluir de las expresiones era pérdida y novedad
poseía y perdía el control una y otra vez, todo el tiempo, sin parar
bajo cada temblor de mis manos, de mis piernas y de la tierra
La belleza resultó en la simplicidad de cada esquina
sentí que los segundos expandían las profundidades y las distorsionaban
los rostros y las ventanas se encontraban a igual distancia
la distancia irreal de la luz
y sin embargo, existían apenas 36 esquinas
las ganas y el miedo de ser voyeur
mirar hacia los abismos de mi barrio
me hicieron sentir viva
como si la cámara capturara un aire distinto
como si disparara una flecha hacia ambas direcciones
como si la vida fuese veneno
Poesía de Julia Ribeiro. (2016/2017).
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