El Peluquero de mi Padre Creo que traté de buscarlo, aunque me era incómodo y a trasmano y pese a que no me gusta regresar a Santos Lugares, al saber que a lo mejor ya no lo iba a encontrar más, luego de que lo echaran del local del sindicato ferroviario, el último lugar que le quedara y en donde atendiera tantos años. (Creo que lo echaron porque claro, la gente se cansa de la gente y no hay nadie que se apiade de nadie, ni aún con las personas que conocés desde hace 20 años, aunque te cuiden el lugar y te barran el patio, y a los que en un instante y luego de 20 años, dejás sin trabajo, dejás sin casa, siendo su casa y su trabajo, una piecita en una vieja casa de sindicato ferroviario. Tal vez, en los tiempos de mi abuelo, que trabajaba en los trenes de Perón, que siempre llevó dentro de sí una bala desde que era de los gansos, como llamaba a los politiqueros conservadores en Mendoza, esto no hubiese pasado porque esas cosas no se hacían, porque podías ser un ferro...